¡ALICANTE, EN DEFENSA PROPIA!

Somos personas y colectivos, a las que nos gusta vivir en Alicante y nos duele su deterioro hacia un modelo de ciudad fragmentado, desigual e insostenible social, económica y medioambientalmente. Nos duele nuestro maltratado patrimonio cultural y natural. Nos duele el maltrato a nuestra salud y calidad de vida. Queremos que nuestra ciudad deje de ir a la deriva. Somos personas defensoras de nuestra ciudad y de su futuro; somos sociedad civil alicantina. Estamos hartos de palabras amables y grandes proyectos en campaña electoral y de ninguneo o aún peor, después de depositar nuestro voto.

Pensamos que la política es demasiado importante para dejarla sólo en manos de los miembros de partidos que se presentan a elecciones. Queremos que además de votar se nos respete y queremos participación real en las decisiones para mejorar la ciudad. En el pasado nuestros gobernantes nos han demostrado, con creces, su incapacidad para resolver los problemas reales, su insensibilidad ante las necesidades ciudadanas, su desprecio a nuestras señas de identidad, su sordera frente a la voz de quienes reivindicamos una ciudad donde prime la calidad de vida, la sostenibilidad y donde se respete nuestro patrimonio.

Tenemos memoria y ejemplos no nos faltan: la comandancia de Marina derruida para construir un aparcamiento (sobre el que han levantado el mamotreto de Turismo), el Melià ilegal desde hace medio siglo, Lucentum salvado in extremis, L´Aduaneta desmontada piedra a piedra; la demolición de la casa Bergé, el cuartel de Benalúa, el Gobierno militar, parte de la estación de Madrid, los silos de San Blas… Por no citar el proyecto del palacio de congresos en el Benacantil y el plan Rabasa detenidos por la resistencia ciudadana. Y no tenemos que recordar tanto porque vemos cada día el abandono de la ciudad, desde la más mínima falta de mantenimiento, de baldeo, de cuidado de los árboles, parques y zonas verdes, la proliferación de vertederos ilegales… hasta las murallas del castillo de Santa Bárbara, de San Fernando, el cine Ideal…

Es triste que tengamos que seguir defendiéndonos de las decisiones de nuestros propios representantes políticos. Y estamos hartos. Desde hace muchos años han gobernado sin la más mínima sensibilidad, ni cariño hacia la ciudad y sus habitantes. Nos toman el pelo.

Alicante ha pasado años en boca de todos por asuntos de corrupción. Por desidia o por intereses bastardos, han permitido el abandono y la destrucción de nuestro mermado patrimonio (las mascletaes junto a la fuente de Luceros son el ejemplo máximo de su irresponsabilidad), la privatización de nuestros símbolos (el Castillo de Santa Bárbara, el faro del cabo de la Huerta), la tala de árboles sin ninguna explicación lógica; la utilización de los espacios públicos (por ejemplo, Portal de Elche y otras plazas, Canalejas y sus ficus centenarios) para eventos privatizados mientras nos faltan espacios públicos para actividades culturales y deportivas; la fragmentación de la ciudad con el abandono de la mayoría de los barrios y partidas rurales, mientras crean una “nueva” ciudad; la saturación de objetos desordenados que invaden las calles (señales, farolas, papeleras, mobiliario urbano, carteles, esculturas de dudoso gusto y hasta un barco); lo difícil que se hace moverte por la ciudad y su área metropolitana en trasporte público, a pie, en silla de ruedas, en bicicleta,… ; las partidas rurales con abandono y deterioro; la mala gestión de los Residuos Sólidos Urbanos; la deficiente red de saneamiento, la contaminación del aire, del mar y de los suelos…

Han dejado en mínimos las infraestructuras sociales, deportivas, culturales, educativas. Faltan viviendas dignas accesibles y la proliferación de alojamientos turísticos sin orden, han aumentado los precios de las viviendas y los problemas de convivencia. Han hecho a la ciudad dura y difícil para las personas y han cerrado las puertas de acceso a la administración con una burocracia digital que repele a la ciudadanía impotente.

Alicante no tiene quien la defienda. Alicante sobrevive sin control, sin dirección, sin que nadie planifique mínimamente su futuro para que nuestr@s hij@s puedan trabajar aquí. No la preparan para afrontar los duros efectos del cambio climático. Alicante no sabe dónde va mientras se llenan los bolsillos de unos pocos. Mientras Alicante se deteriora, las ciudades de nuestro entorno mejoran.

Alicante jamás había sido tan irrelevante desde el punto de vista político. A nuestra ciudad le toma el pelo todo el mundo. Aquí cada administración hace lo que le da la gana. Desde la Generalitat, que abandona el cine Ideal y mira para otro lado ante a la contaminación del agua de la bahía y del aire que respiramos mientras el Puerto hace lo que le da la gana en la ciudad, con obras duras y absurdas, e incluso sitúa un polígono industrial peligroso a pocos metros de las casas. Hasta Adif, que, entre otras cosas, nos tiene sin Parque Central, mantiene el aeropuerto sin conexión, un tren obsoleto machaca toda la primera línea de playa, y ahora quieren meternos todo el tráfico ferroviario del corredor mediterráneo por la costa y entre las casas de San gabriel… sin que nadie desde los poderes públicos alicantinos defienda de verdad nuestros intereses. Nunca un consistorio municipal ha contado tan poco en Madrid o en Valencia, y, además, ni le ha importado, ni ha hecho nada por evitarlo.

Mientras tanto, en Alicante todo es provisional: la estación del AVE, la estación de Autobuses, los pasos del futuro parque central, del Parque del mar, las reformas en el puerto… Sin Palacio de Congresos, sin paseo litoral por toda la bahía, sin suelo industrial de calidad…sin auténtica zona de bajas emisiones y sin pacificar el tráfico… sin catálogo de Protecciones definitivo, con un PGOU del 87…Parece que en el consistorio se conforman con convertir el centro histórico de nuestra ciudad en un gran bar ruidoso que hace imposible la vida de los vecinos. Hasta las obras son provisionales, se malgasta el dinero haciendo y deshaciendo las mismas plazas y calles mientras que abandona a su suerte a la mayoría de barrios. Y a eso le llaman ciudad turística. Lo único que no es provisional en Alicante es la suciedad; eso sí que es permanente.

Se les llena la boca cuando dicen que Alacant és la millor terra del món, pero actúan en dirección contraria, de espaldas a los intereses generales, con un desprecio total al cumplimiento de la ley, de sus propias Ordenanzas municipales (las Ordenanzas que cumplen son las que nos avergüenzan) y de nuestro futuro con calidad de vida. Esta no es la ciudad que queremos.

Queremos una ciudad para vivirla, que Alicante sea para su ciudadanía.

Una ciudad…

• Limpia y cuidada. Un aire y un mar limpios también

• Verde, con más parques y jardines y menos cemento. Peatonal y ciclista.

• Orgullosa de su historia y su patrimonio cultural.

• Divertida, pero respetuosa con su vecindario.

• Deportista, con una red de instalaciones deportivas en óptimas condiciones.

• Hermosa, con la recuperación de sus edificios, monumentos y espacios públicos.

• Fuerte, con presencia y voz en todos los ámbitos.

• Viva, en la que se potencie el comercio local.

• Culta, con una programación cultural amplia y estable, que apoye a los artistas locales.

• Mediterránea, con una costa para disfrutarla, libre de vías y mamotretos.

• Amable con todos sus vecinos y vecinas, pero especialmente con los más pequeños y con los mayores, y totalmente accesible para las personas con movilidad reducida.

• Equilibrada y no fragmentada, en la que todos los barrios cuenten por igual.

• Integradora en la que se fomente la inclusión de la ciudadanía y garantice oportunidades para el conjunto de la población.

• Diversa y Segura, respetuosa con las personas sin importar sus orígenes, creencias o sus relaciones personales y afectivas.

• Con aspiraciones, a liderar la provincia y a altos niveles de calidad de vida

• Optimista, que mire al futuro con ilusión, con la vista puesta en las futuras generaciones y en los retos que, como el cambio climático, va a tener que afrontar.

Estamos hartos de lo que ha ocurrido durante años, del trato o mal trato que se nos ha dado y ha llegado el momento de UNIRNOS para alzar la voz, que los gestores y políticos actuales y los que lleguen después de las elecciones sepan que NO PASAMOS, que tienen que respetar a Alicante y su futuro por encima de todo. Que somos muchas las personas dispuestas a unirnos en cuestiones básicas, en defensa propia de esta ciudad. Vamos a construir una red reivindicativa ante todas las administraciones sin excepción ,desde el Ayuntamiento, hasta la Generalitat y el Gobierno central , para que Alicante no pierda posiciones y se respeten nuestros intereses.

Hasta ahora las administraciones se han acostumbrado a tratar con lobbys, con grupos de presión económicos o corporativos, en adelante tienen que saber que la ciudadanía también queremos ser grupo de presión. Tendrán que respetarnos.